La corrupción que desgarra a Perú y la creciente guerra sucia, destacan hoy como elementos protagónicos de la campaña por las elecciones del próximo 10 de abril, reportó Prensa Latina.
Los temas, de una u otra manera, salpican al Gobierno, por la percepción generalizada de que tiene mucho que ver con ambos problemas y el de la corrupción, una de las principales preocupaciones ciudadanas, rebasó el marco partidario con un pronunciamiento de la jerarquía católica.
El vicio de la corrupción continúa socavando el desarrollo social y político de nuestro pueblo, señala un documento que, sobre el proceso electoral, difundieron hoy los obispos católicos, el que discrepa así de la tendencia oficial a minimizar el tema.
La declaración contiene una alusión crítica al Gobierno, al señalar que ha faltado la voluntad tenaz y el compromiso ejemplar de nuestras autoridades, además de la participación ciudadana y una fuerte conciencia ética y moral para enfrentar la corrupción.
Los obispos demandaron a los candidatos que presenten programas contra lo que muchos consideran una verdadera lacra que, según recordó el candidato presidencial nacionalista Ollanta Humala en un discurso de campaña, roba al país el equivalente de más de tres mil millones de dólares al año.
Al presentar a la lista de aspirantes de su organización a otros cargos, Gran Alianza Nacionalista (Gana Perú), Humala señaló que en la misma hay un equipo destinado a luchar contra la corrupción, en el que destaca el exprocurador Omar Chehade, quien gestionó la extradición de Chile del expresidente Alberto Fujimori, hoy encarcelado.
La nómina incluye a otros luchadores anticorrupción, como el veterano dirigente socialista Javier Diez Canseco
A más corrupción, menos colegios, menos hospitales, menos pensiones para nuestros adultos mayores y menos sañarios, señaló el candidato.
Reiteró su propuesta de inhabilitar de por vida para funciones públicas a autoridades y funcionarios condenados por corrupción, hacer imprescriptible este delito y obligar a los expresidentes a permanecer cinco años después de su mandato en el país para rendir cuentas.
Entretanto, los aspirantes neoliberales que lideran las encuestas, Alejandro Toledo, ex presidente (2001-06) y Luis Castañeda, ex alcalde, continúan un intercambio de acusaciones de usar la guerra sucia, con mentiras y golpes de efecto vedados.
La polémica se intensificó al acusar Perú Posible a Solidaridad Nacional de haber contratado a un mercenario, el venezolano Juan José Rendón, experto conservador en guerra sucia, para destruir la candidatura de Toledo.
Castañeda negó la acusación y dijo que Rendón, quien se precia de usar como armas el rumor y la mentira, todavía no ha sido contratado para su campaña, a la que se ofreció públicamente como asesor.
Sobre el tema, Humala llamó a detener la guerra sucia, que considera que en su caso se expresa en la reapertura de una investigación fiscal por acusaciones no probadas en su contra de violación de derechos humanos.
Emplazó al Jurado Nacional de Elecciones a dejar las exhortaciones a la limpieza en las campañas y sancionar a quienes incurren en acciones vedadas que desprestigian el proceso electoral.
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