Más de 200 personas murieron el miércoles por las lluvias torrenciales en tres municipios de la región montañosa del estado de Rio de Janeiro, arrasada por grandes aludes de tierra, informaron las autoridades locales y la prensa local.
En total, al menos 237 personas perdieron la vida en los tres municipios afectados: Nova Friburgo, Teresópolis y Petrópolis, donde barrios enteros sucumbieron a ríos de agua y lodo debido a las devastadoras lluvias.
El saldo se disparó a última hora del miércoles cuando se dieron a conocer los estragos en Nova Friburgo, 140 km al norte de Rio de Janeiro, donde 97 personas perdieron la vida, dijeron los Bomberos a la TV Globo.
Entre los fallecidos, tres eran bomberos que murieron mientras realizaban un rescate en la ciudad, que estuvo sin comunicaciones durante toda la jornada.
En Teresópolis, 100 km al norte de Rio de Janeiro, al menos 122 personas fallecieron, confirmó una portavoz de la alcaldía a la AFP.
Al iniciarse la noche, "los equipos de la Defensa Civil están suspendiendo las búsquedas porque no hay iluminación en los locales. El rescate de los cuerpos continuará mañana" jueves, informó la representante local.
En Petrópolis, otra ciudad de la región serrana de Rio de Janeiro, murieron al menos 18 personas, informó una portavoz de la alcaldía local a la AFP, que indicó que el número de fallecidos puede llegar a 40 una vez sean rescatados los cuerpos.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, sobrevolará el jueves los municipios de Rio de Janeiro afectados por las lluvias, informó la estatal Agencia Brasil.
"Es una gran catástrofe, una gran calamidad", expresó el alcalde de Teresópolis, Jorge Mario Sedlacek.
"La desgracia de Teresópolis no tiene tamaño", afirmó tras sobrevolar el lugar el secretario de Medio Ambiente de Rio de Janeiro, Carlos Minc, citado por la prensa local.
El área serrana de Rio, con montañas de más de 2.000 metros, es una zona turística favorita de los cariocas que huyen del calor del verano playero, pero en unas pocas horas se transformó en un paisaje de destrucción y muerte con ríos desbordados, automóviles y casas arrastradas.
"Nunca vi algo así, fue una película de terror: casas, coches fueron llevados por el torrente de agua", dijo a la AFP Angela, una empleada doméstica de 55 años que salvó su casa por milagro, pero vio cómo sucumbían las de sus vecinos.
Decenas de puentes, carreteras y calles fueron destruidos en esos municipios, que amanecieron sin luz ni teléfono en varias zonas y donde los servicios de rescate se abrían penosamente camino en busca de sobrevivientes y cuerpos en muchas zonas que quedaron aisladas.
En las ciudades fueron improvisados centros de acogida y morgues, informaron las autoridades locales. La Defensa Civil lanzó llamados para que la gente evacuara las zonas de riesgo.
"Estamos pidiendo que las personas se dirijan a lugares más seguros, como iglesias y escuelas", para hacerles llegar unidades de rescate y ayuda, informó el secretario de Defensa Civil de Teresópolis, Flavio Castro.
La lluvia y el barro mezclados con piedras se llevaron todo lo que encontraron por delante, según podía verse en imágenes aéreas de Teresópolis.
La temporada de lluvias ha sido mortífera en el sureste de Brasil: las precipitaciones torrenciales también dejaron 13 decesos en el estado de Sao Paulo a comienzos de la semana.
La tragedia en Rio se produce un año después de que deslizamientos de tierra dejaran al inicio de 2010 más de 50 fallecidos en el municipio de Angra dos Reis, otra zona turística.
Según el diario Estado de Sao Paulo, 473 personas murieron en Brasil en 2010 debido a las lluvias.