"Las ráfagas de viento son de hasta 96 km/h, así que el trabajo va a ser divertido. Parece ser que he vivido lo suficiente", y agregó: "¡Dios Santo, esto es aterrador!", escribió en su perfil.
Sullivan, de 20 años, murió el pasado miércoles mientras grababa a un equipo de fútbol de su universidad, Notre Dame, subido en una grúa a más de 15 metros de altura. El joven no pudo soportar la ventolera que precipitó el aparato y concluyó con su vida. Por el momento la cuenta de Twitter de este joven fue congelada y la invesntigación continúa en busca de los responsables.
La pasada semana una tormenta tan intensa que fue comparada con un huracán azotó la zona centro-norte de Estados Unidos, derribando árboles y líneas eléctricas y demorando vuelos en uno de los aeropuertos más activos de la nación.
La tormenta se extendió desde las Dakotas hasta el este de los Grandes Lagos. Se emitieron advertencias de tornado desde Arkansas hasta Ohio.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que hubo vientos sostenidos de 55 a 65 kilómetros por hora (35 a 40 millas por hora) y ráfagas de hasta 100 kph (60 mph) durante la tarde.
Mientras tanto la incertidumbre reina en el campus de la Universidad de Notre Dame después de esta trágica muerte; pero una cosa sí está clara: el director de atletismo, de la institución, Jack Swarbrick dijo el miércoles en una entrevista telefónica con USA Today que no va a renunciar, ni pedirá la renuncia del entrenador de fútbol americano, Brian Kelly.
"El hecho de que Declan murió en ese trágico accidente significa que no hicimos todo lo que debimos hacer", dijo Swarbrick. "No nos podemos alejar del hecho de que debimos hacer algo, pudimos haber hecho algo para proteger a Declan. Recordaremos ésto el resto de nuestras vidas".
Según Forbes, la muerte Declan Sullivan podría costar a Notre Dame hasta $80 millones de dólares en daños compensatorios y punitivos.