LILLE. Un manifestante expresa su repudio al presidente Sarkozy (Foto: PASCAL ROSSIGNOL REUTERS )
El gobierno cifró en 375 mil los franceses que salieron a la calle en las 241 marchas de todo el país y habló de un “retroceso neto” de la afluencia a las manifestaciones.
El dato está por debajo de los 560 mil del pasado 28 de octubre, en la última protesta contra el texto que elevará la edad mínima de jubilación en Francia de los 60 a los 62 años y de los 65 a los 67 años para acceder a la pensión íntegra.
Los sindicatos hablaron de 1.2 millones de personas que se manifestaron en la jornada de este sábado, lluviosa en gran parte del territorio galo, frente a los cerca de dos millones en que cifraron la participación del 28 de octubre pasado.
En París, donde llovió durante la manifestación, se congregaron 28 mil personas, según la Policía, frente a las 31 mil de la última marcha, mientras que los sindicatos, por su parte, contaron 90 mil personas en la capital, menos de la mitad de las 170 mil del pasado 28 de octubre.
La participación cayó también en otras localidades como Burdeos (suroeste), Lyon (este) o en Marsella (sur), la urbe que tradicionalmente registra recuentos más desequilibrados, donde la Policía contó 8 mil 500 manifestantes, frente a los 80 mil que vieron desfilar los sindicatos.
La primera secretaria del Partido Socialista, Martine Aubry, reafirmó en la manifestación de Lille (noreste) la intención de su partido de volver a cambiar el sistema de pensiones si su formación gana las elecciones presidenciales de 2012.
El decaimiento de la protesta ya se había dejado notar en la última convocatoria de huelga, la semana pasada, un día después de que el Senado diera el espaldarazo definitivo a uno de los proyectos estrella del mandato del presidente Nicolas Sarkozy.
Las perturbaciones en las pocas huelgas sectoriales que todavía están operativas distan mucho de las que hubo en los paros y las manifestaciones del mes pasado, cuando todas las refinerías de Francia estuvieron bloqueadas durante más de una semana y los transportes públicos redujeron sensiblemente sus servicios.
No obstante, Bernard Thibault, el secretario general del mayor sindicato de Francia, la CGT, afirmó ayer que su agrupación irá “hasta el final”. El consenso de los sindicatos se mantiene en las dos principales agrupaciones, pues la CFDT tampoco quiere romper la unidad sindical.