Rivera afirmó que la 'Operación Sodoma', en la que murió 'jojoy', significa 'un punto de quiebre, un punto de inflexión estratégico'.
Foto AFP
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Un mes antes de que cayera el jefe militar de las Farc, "Mono Jojoy", el Ejército falló en un operativo contra el máximo líder de esa organización, "Alfonso Cano", dijo a Efe el ministro de Defensa, quien recalcó que pese a la debilidad guerrillera no habrá diálogo.
Guillermo León Sáenz, alias "Alfonso Cano", estuvo a punto de ser abatido el pasado 21 de agosto, confirmó Rivera, al asegurar que ese operativo "falló por poco".
Pero aquel fracaso no amilanó al Gobierno y el pasado 22 de septiembre fue abatido Víctor Julio Suárez Rojas, alias "Mono Jojoy", una baja, para el ministro de Defensa, más importante que la que hubiera supuesto la de "Cano".
En una entrevista con Efe, Rivera afirmó que la "Operación Sodoma", en la que murió "Mono Jojoy", significa "un punto de quiebre, un punto de inflexión estratégico".
Dijo además que el material incautado a "Jojoy" (20 computadores, 68 memorias USB y tres discos duros externos), un "tesoro", según sus palabras, servirá para "tener más claro cuáles son las Farc de hoy, porque ésta es una organización que ha venido mutando".
“La palabra diálogo no existe”
Todo ello en un contexto en el que el grupo guerrillero "se está desmoronando por dentro" a causa de los golpes militares pero también por la disidencia ya que muchos de sus miembros ya colaboran con las autoridades, una colaboración que se dio también en la "Operación Sodoma".
Rivera fue rotundo al remarcar que no habrá diálogo: "esa palabra no existe, lo que existen son garantías, lo que existe es una promesa de respeto a su dignidad".
El ministro advirtió a los guerrilleros que abandonar las armas es la única opción, porque "Colombia nunca volverá a hablar o a dialogar con terroristas", y remarcó: "si no nos dejan más alternativa, que no lo duden, vamos por ellos".
Asimismo señaló no estar dispuesto a caer "en la trampa del diálogo político", al recordar las frustradas negociaciones que entabló Andrés Pastrana durante su Presidencia (1998-2002). "Ese error no lo volveremos a hacer", aseguró.
Y si bien el Gobierno persistirá en la persecución de los líderes e integrantes de las Farc que siguen escondidos en las selvas, Rivera, quien se estrenó como ministro de Defensa el pasado 7 de agosto con la investidura del presidente Juan Manuel Santos, anunció que en su gestión se abrirá un nuevo frente.
Nuevas amenazas
Las Fuerzas Armadas combatirán las nuevas modalidades de crimen organizado que se vienen dando especialmente en las ciudades mediante una nueva Política de Seguridad Ciudadana que presentará el próximo lunes.
La razón es que si bien en Colombia se logró acabar con los grandes cárteles de la droga de Medellín y Cali y después extraditar a los líderes paramilitares, han surgido otras amenazas: el microtráfico de drogas y la extorsión a pequeña escala que afecta comerciantes y vecinos de zonas urbanas.
"Eso es un desafío de política criminal superlativo", reconoció el ministro, al adelantar a Efe que se tratará de una política integral de "acciones conjuntas para actuar sobre las causas, no solo sobre las consecuencias, preventivamente, con estrategias de control y no solo punitivamente".
Explicó que en la ciudad de Medellín, donde se han registrado más de 1.500 homicidios desde enero como consecuencia de una guerra de pandillas que lideran los capos "Valenciano" y "Sebastián", ya se ha puesto en marcha un proyecto piloto.
En Medellín, "estamos viendo un proceso natural que se genera cuando un elemento aglutinador, intimidador, de gran poder criminal desaparece, fue el caso primero de Pablo Escobar y luego de Don Berna".
Tras la extradición a EE.UU., en 2008, de Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna", el capo que se hizo con el control tras Escobar y quien "tenía capacidad de imponer disciplina entre sus cómplices", se abrió una guerra por el poder criminal", relató Rivera.
Explicó que se extirpó el tumor pero quedó el dolor, y éste último está ahora representado en los nuevos mafiosos: "Valenciano" y "Sebastián", que se reparten el territorio y el negocio de la droga y la extorsión.
Rivera, el ministro "estrella" de Santos tras el último golpe a las Farc, lo tiene claro: Colombia ha vivido casi 50 años de violencia continuada y ha llegado el momento de que esos "grises oscuros", referidos a las mafias del narcotráfico, guerrilla y paramilitares, se conviertan en "blanquitos" o "grises tenues".
El Gobierno espera que la nueva política de seguridad ciudadana sea tan afectiva, o al menos tan popular, como lo fue la política de seguridad democrática del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
Guillermo León Sáenz, alias "Alfonso Cano", estuvo a punto de ser abatido el pasado 21 de agosto, confirmó Rivera, al asegurar que ese operativo "falló por poco".
Pero aquel fracaso no amilanó al Gobierno y el pasado 22 de septiembre fue abatido Víctor Julio Suárez Rojas, alias "Mono Jojoy", una baja, para el ministro de Defensa, más importante que la que hubiera supuesto la de "Cano".
En una entrevista con Efe, Rivera afirmó que la "Operación Sodoma", en la que murió "Mono Jojoy", significa "un punto de quiebre, un punto de inflexión estratégico".
Dijo además que el material incautado a "Jojoy" (20 computadores, 68 memorias USB y tres discos duros externos), un "tesoro", según sus palabras, servirá para "tener más claro cuáles son las Farc de hoy, porque ésta es una organización que ha venido mutando".
“La palabra diálogo no existe”
Todo ello en un contexto en el que el grupo guerrillero "se está desmoronando por dentro" a causa de los golpes militares pero también por la disidencia ya que muchos de sus miembros ya colaboran con las autoridades, una colaboración que se dio también en la "Operación Sodoma".
Rivera fue rotundo al remarcar que no habrá diálogo: "esa palabra no existe, lo que existen son garantías, lo que existe es una promesa de respeto a su dignidad".
El ministro advirtió a los guerrilleros que abandonar las armas es la única opción, porque "Colombia nunca volverá a hablar o a dialogar con terroristas", y remarcó: "si no nos dejan más alternativa, que no lo duden, vamos por ellos".
Asimismo señaló no estar dispuesto a caer "en la trampa del diálogo político", al recordar las frustradas negociaciones que entabló Andrés Pastrana durante su Presidencia (1998-2002). "Ese error no lo volveremos a hacer", aseguró.
Y si bien el Gobierno persistirá en la persecución de los líderes e integrantes de las Farc que siguen escondidos en las selvas, Rivera, quien se estrenó como ministro de Defensa el pasado 7 de agosto con la investidura del presidente Juan Manuel Santos, anunció que en su gestión se abrirá un nuevo frente.
Nuevas amenazas
Las Fuerzas Armadas combatirán las nuevas modalidades de crimen organizado que se vienen dando especialmente en las ciudades mediante una nueva Política de Seguridad Ciudadana que presentará el próximo lunes.
La razón es que si bien en Colombia se logró acabar con los grandes cárteles de la droga de Medellín y Cali y después extraditar a los líderes paramilitares, han surgido otras amenazas: el microtráfico de drogas y la extorsión a pequeña escala que afecta comerciantes y vecinos de zonas urbanas.
"Eso es un desafío de política criminal superlativo", reconoció el ministro, al adelantar a Efe que se tratará de una política integral de "acciones conjuntas para actuar sobre las causas, no solo sobre las consecuencias, preventivamente, con estrategias de control y no solo punitivamente".
Explicó que en la ciudad de Medellín, donde se han registrado más de 1.500 homicidios desde enero como consecuencia de una guerra de pandillas que lideran los capos "Valenciano" y "Sebastián", ya se ha puesto en marcha un proyecto piloto.
En Medellín, "estamos viendo un proceso natural que se genera cuando un elemento aglutinador, intimidador, de gran poder criminal desaparece, fue el caso primero de Pablo Escobar y luego de Don Berna".
Tras la extradición a EE.UU., en 2008, de Diego Fernando Murillo, alias "Don Berna", el capo que se hizo con el control tras Escobar y quien "tenía capacidad de imponer disciplina entre sus cómplices", se abrió una guerra por el poder criminal", relató Rivera.
Explicó que se extirpó el tumor pero quedó el dolor, y éste último está ahora representado en los nuevos mafiosos: "Valenciano" y "Sebastián", que se reparten el territorio y el negocio de la droga y la extorsión.
Rivera, el ministro "estrella" de Santos tras el último golpe a las Farc, lo tiene claro: Colombia ha vivido casi 50 años de violencia continuada y ha llegado el momento de que esos "grises oscuros", referidos a las mafias del narcotráfico, guerrilla y paramilitares, se conviertan en "blanquitos" o "grises tenues".
El Gobierno espera que la nueva política de seguridad ciudadana sea tan afectiva, o al menos tan popular, como lo fue la política de seguridad democrática del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010).
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