Al menos 50 personas fallecieron en un atentado suicida ocurrido en una mezquita del conflictivo noroeste de Pakistán, una zona golpeada con frecuencia por una insurgencia acostumbrada a atacar en los últimos tiempos objetivos fáciles, como los lugares de culto.
El suicida hizo estallar la carga explosiva que portaba en un templo de la población de Akhurwal, situada en Darra Adam Khel, explicó a la cadena privada “Geo Tv” un oficial del distrito, Shahid Ullah, quien situó en 50 el número de fallecidos, incluidos varios niños, y en más de cien los heridos.
Una fuente policial consultada por Efe dijo que la detonación se produjo cuando cerca de medio millar de fieles estaban congregados en el lugar con motivo de la tradicional oración de los viernes.
Según algunos analistas, líderes tribales de esa zona se habían opuesto recientemente a la insurgencia taliban, que tiene una fuerte presencia en las adyacentes e inestables áreas tribales paquistaníes fronterizas con Afganistán.
La potente explosión causó el derrumbe del techo del templo y decenas de personas quedaron atrapadas entre los escombros, según las cadenas de televisión paquistaníes.
Las fuerzas de seguridad acordonaron la zona y los heridos, muchos de ellos de carácter grave, fueron trasladados a hospitales cercanos.
En un comunicado, el primer ministro paquistaní, Yusuf Razá Guilani, condenó “el brutal asesinato de inocentes”, que “muestra claramente que los insurgentes no tienen respeto por ninguna religión o creencia”, y apostó por continuar luchando contra el terrorismo hasta “su completa eliminación”.
A pocos kilómetros de la principal ciudad del noroeste paquistaní, Peshawar, capital de la conflictiva provincia de Khyber-Pakhtunkhwa, la zona de Darra Adam Khel es famosa por albergar uno de los mercados de armas más grandes de Asia.
El Ejército paquistaní y otros cuerpos de seguridad han lanzado en los últimos meses ofensivas contra los talibanes en ésta y otras zonas del conflictivo noroeste, así como en varias demarcaciones del cinturón tribal.
Y la insurgencia ha orquestado por su parte numerosos atentados, con frecuencia en lugares de culto, unos objetivos considerados fáciles por no contar con estrictos dispositivos de seguridad.
Una fuente de seguridad occidental expuso hoy a Efe que la cúpula actual del movimiento Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), que aglutina a diferentes facciones talibanes paquistaníes, se dice defensora de intereses relativos a la corriente religiosa suní.
“Para el TTP este tipo de ataques suponen un objetivo estratégico. La cúpula tiene una agenda muy sectaria que incluye atacar a todo aquel que se salga de la ortodoxia suní” que ellos predican, subrayó.
La fuente opinó que, aunque sigue habiendo una extensa y activa red insurgente en todo el país, la vulnerabilidad de los objetivos elegidos recientemente demuestra que su capacidad operativa es algo menor que en tiempos pasados.
En los últimos meses, los grupos extremistas paquistaníes han atentado contra la corriente mística y moderada sufí, contra devotos de la secta “ahmedi” -considerada no islámica por el Estado- o fieles de la rama chií, minoritaria en Pakistán frente a la suní.
EFE
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