La visita de Cristina Kirchner a Chile tiene poco que ver con el festejo del Bicentenario del país vecino. La mandataria busca limar asperezas con su par, Sebastián Piñera, en medio de los reclamos chilenos para que la Argentina extradite al ex guerrillero, Galvarino Sergio Apablaza Guerra.
Aunque está confirmada la reunión bilateral entre los dos presidentes, distintos sectores del Congreso chileno le manifestarán su desacuerdo a la Presidenta y le pedirán que entregue al acusado de asesinar a un senador en plena época de democracia.
¿Cuándo y por qué surge este dilema? Apablaza está acusado del asesinato de Jaime Guzmán Errázuriz y del secuestro del directivo del diario El Mercurio, Christian Edwards Del Río, en 1991. El Gobierno argentino analiza otorgarle el estatus de refugiado político y, ante esto, surge el dilema entre ambos países.
Cristina llegará esta tarde, con una agenda diminuta, a Santiago de Chile. Ahí participará de la celebración del Bicentenario y se reunirá con Piñera para debatir sobre la extradición del ex guerillero. En un principio, el viaje era de dos días, pero ahora será sólo por unas horas.
A pesar de que el presidente chileno afirmó las versiones sobre la inminente reunión, la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) esperará a la Presidenta para entregarle una carta en la que le reclama que conceda la extradición. Los dirigentes de la UDI esperan poder entregarle “ya sea personalmente o a través del embajador argentino Ginés González García”.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación argentina dejó el camino libre para la extradición. No planteó bloqueos ni demoras en ese proceso. De todas formas, el Gobierno espera la respuesta y análisis de la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE), dependiente del Ministerio del Interior. Aníbal Fernández, por su parte, dijo en estos días que la Comisión no iba a tomar ninguna decisión hasta la semana que viene.
Pero el Gobierno tiene -casi- la decisión política tomada de concederle el estatus de refugiado a Apablaza. En algún momento, el ex presidente Néstor Kirchner lo calificó como un “militante popular”. Tal como publicó el diario Clarín, al mismo momento que el matrimonio K defiende a Apablaza, Paula Chaín, la argentina que es pareja del acusado, trabaja como colaboradora de prensa a la Casa Rosada.
Aunque está confirmada la reunión bilateral entre los dos presidentes, distintos sectores del Congreso chileno le manifestarán su desacuerdo a la Presidenta y le pedirán que entregue al acusado de asesinar a un senador en plena época de democracia.
¿Cuándo y por qué surge este dilema? Apablaza está acusado del asesinato de Jaime Guzmán Errázuriz y del secuestro del directivo del diario El Mercurio, Christian Edwards Del Río, en 1991. El Gobierno argentino analiza otorgarle el estatus de refugiado político y, ante esto, surge el dilema entre ambos países.
Cristina llegará esta tarde, con una agenda diminuta, a Santiago de Chile. Ahí participará de la celebración del Bicentenario y se reunirá con Piñera para debatir sobre la extradición del ex guerillero. En un principio, el viaje era de dos días, pero ahora será sólo por unas horas.
A pesar de que el presidente chileno afirmó las versiones sobre la inminente reunión, la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI) esperará a la Presidenta para entregarle una carta en la que le reclama que conceda la extradición. Los dirigentes de la UDI esperan poder entregarle “ya sea personalmente o a través del embajador argentino Ginés González García”.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación argentina dejó el camino libre para la extradición. No planteó bloqueos ni demoras en ese proceso. De todas formas, el Gobierno espera la respuesta y análisis de la Comisión Nacional de Refugiados (CONARE), dependiente del Ministerio del Interior. Aníbal Fernández, por su parte, dijo en estos días que la Comisión no iba a tomar ninguna decisión hasta la semana que viene.
Pero el Gobierno tiene -casi- la decisión política tomada de concederle el estatus de refugiado a Apablaza. En algún momento, el ex presidente Néstor Kirchner lo calificó como un “militante popular”. Tal como publicó el diario Clarín, al mismo momento que el matrimonio K defiende a Apablaza, Paula Chaín, la argentina que es pareja del acusado, trabaja como colaboradora de prensa a la Casa Rosada.
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