KENNER, Louisiana - El pozo roto en el fondo del Golfo de México será sellado permanentemente para el domingo, casi cinco meses después que una explosión ocasionara un enorme derrame de crudo.
Thad Allen, el almirante retirado de la Guardia Costera nombrado por el gobierno para coordinar las acciones frente a la catástrofe, dijo el miércoles a los reporteros reunidos en un centro de distribución de pescados y mariscos en Kenner, Louisiana, que el pozo de alivio seguramente llegará hasta el averiado en 24 horas. Entonces serán bombeados lodo y cemento, lo que sellará permanentemente el pozo en cuatro días.
Mientras tanto, la directora de la Administración Nacional de los Océanos y la Atmosfera, Jane Lubchenco, dijo que continúa la vigilancia del crudo vertido en el Golfo de México.
La explosión del 20 de abril mató a 11 trabajadores y ocasionó un derrame de 780 millones de litros (206 millones de galones) de crudo procedente del pozo operado por British Petroleum.
La noticia llegó el mismo día que el gobierno del presidente Barack Obama anunció que se ordenará a las compañías de gas y petróleo taponar miles de pozos que están fuera de servicio en el golfo para garantizar que no tengan fugas.
La colocación a mediados de julio de un tapón temporal contuvo la fuga de petróleo en el pozo averiado de la BP. Después fueron bombeados barro y cemento hasta la parte superior del pozo, lo que permitió el retiro del tapón.
El pozo de alivio es taladrado en un trayecto de tierra y roca de 2.2 kilómetros (1.5 millas) debajo del lecho marino para sellar desde abajo al pozo averiado, lo cual eliminará la posibilidad de que vuelva a causar problemas.
Hasta la mañana del miércoles, sólo restaban seis metros (20 pies) para que los equipos concluyeran la perforación.
La fuga de más de 757 millones de litros (200 millones de galones) de crudo propició un supervisión más estrecha a los miles de otros pozos en la región, suscitó la ira del público hacia la BP y costó su puesto al director general de la empresa, Tony Haward.
El miércoles, en su testimonio ante una comisión parlamentaria británica, Hayward insistió en que su compañía tenía un antecedente de seguridad firme y que no era la única responsable del desastre.
Sin embargo, también reconoció que "comprendo cómo se siente la gente, y hay pocas dudas de que la incapacidad de BP, y de la industria, para intervenir y sellar la fuga... fue inaceptable".
Más tarde en Washington, el secretario del Interior, Ken Salazar, emitió una orden para que las empresas que extraen petróleo y gas taponen unos 3,500 pozos que han dejado de producir y desmantelen unas 650 plataformas de extracción que ya no se utilizan.
La medida tiene como propósito impedir fugas catastróficas en pozos que en algunos casos están abandonados desde hace décadas.
"A medida que la infraestructura se avejenta, aumenta el peligro de daños. Ese peligro se eleva de manera considerable durante la temporada de tormentas", dijo Michael Bromwich, director de la Oficina de Administración, Control y Aplicación de la Ley sobre Energía de los Océanos.
Existen más de 27,000 pozos de crudo y de gas abandonados en el fondo del Golfo de México, en tanto que más de 1,200 plataformas petroleras y de otro tipo están inactivas en la región.
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