En el caso de “Raúl Reyes”, las labores fueron relativamente menos complicadas que en el caso de alias el “Mono Jojoy” pues el cuerpo del llamado canciller de las Farc presentaba menos daños físicos. La ropa que vestía el jefe guerrillero fue guardada en cadena de custodia y así permanece hasta hoy.
Las radiografías hechas al cráneo de “Reyes” evidencian que murió por dos disparos de fusil 5.56, lanzados, al parecer, desde un helicóptero y que ingresaron por el parietal izquierdo. Luego de perder su pie izquierdo por la explosión, el líder subversivo habría alcanzado a desplazarse unos cuantos metros antes de ser alcanzado por los dos proyectiles.
El informe final de los forenses dejó en claro que Luis Édgar Devia Silva, estaba a punto de morir a causa de un paro cardíaco. El examen hecho al corazón reveló que dos venas coronarias estaban taponadas por grasa en más de un 80 por ciento.
La necropsia de “Raúl Reyes” fue dirigida por la entonces subdirectora del Instituto de Medicina Legal y asistida por un grupo de 10 médicos y técnicos forenses.
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