El continente Australiano vuelve a ser azotada por inundaciones,
después que fuertes precipitaciones durante el fin de semana, provocaron el aumento la crecida de los ríos, un torrente de agua se precipitó por la calles de Toowoomba, a 130 km al oeste de Brisbane (Queensland, noreste). Al menos una persona murió ahogada.
"Hubo al menos un muerto. Aún no se el número exacto pero hay por lo menos una víctima, y daños enormes", declaró el alcalde de la ciudad de 130.000 habitantes, Peter Taylor, a la radio ABC.
Las casas de madera fueron arrancadas de sus cimientos y arrastradas por varios centenares de metros por los torrentes de agua, que también proyectaron vehículos contra las vitrinas de las tiendas y arrancaron las bombas de las gasolineras, indicó Steve Jones, alcalde de Lockyer Valley, en las inmediaciones de Brisbane.
Al norte de Brisbane, la ciudad de Gympie estaba cortada en dos por las aguas, mientras que había barrios en Dalby, al oeste de Brisbane, que resultaron inundados por quinta vez, obligando a parte de sus 130.000 habitantes a evacuar sus viviendas.
En Brisbane, capital de Queensland, fueron distribuidos sacos de arena, debido a la amenaza que proyectaba la lluvia sobre las partes bajas de esta ciudad de dos millones de habitantes.
El responsable de la policía Alistair Dawson declaró que las precipitaciones, "significativas" durante el fin de semana, deberían disminuir a partir del martes, pero esta bonanza sólo podría ser temporal.
"Espero que desde mediados de la semana, con el sol que va a aparecer de nuevo y el nivel del agua que va a disminuir, no tendremos lluvia durante un buen momento. Pero las previsiones a largo plazo estiman habrá nuevas precipitaciones", agregó.
Estas inundaciones, que en su peor momento cubrían una superficie tan extensa como Alemania y Francia reunidas, provocaron la muerte de por lo menos una docena de personas y dejaron decenas de millones de dólares en daños.
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