La corrupción en Cuba se ha convertido en un fenómeno generalizado que alcanza tanto a la cúpula del Partido Comunista como a profesionales sin adscripción política, según los cables de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana filtrados por la red WikiLeaks.
Los nuevos datos revelados muestran que las prácticas corruptas "reinan" en un régimen depauperado, señala el diario El País, que tiene en España la exclusividad de las informaciones filtradas por la web de Julian Assange.
Según estos cables, "las prácticas corruptas incluyen el soborno, la malversación de los recursos estatales y los chanchullos contables", incluida la compra por cientos o miles de dólares de puestos de trabajo que más tarde derivarán en pingües tráficos de influencias.
Los mensajes de la oficina estadounidense subrayan que el robo y la corrupción "de supervivencia" es generalizada en la Policía, el sector turístico, el transporte, la construcción y la distribución de alimentos.
Según los papeles de WikiLeaks, las autoridades cubanas toleran las corruptelas de supervivencia hasta cierto punto, aunque pueden actuar con contundencia y severidad cuando los desvíos de dinero son muy importantes, de ahí las periódicas destituciones de ministros y altos cargos de la Administración.
En otros mensajes revelados por WikiLeaks, los diplomáticos estadounidenses se refieren también al estado de la Iglesia Católica cubana, de la que llegan a decir que "ha capitulado" y renunciado al activismo político en la isla a cambio de conservar su espacio para el culto.
"Desde el cardenal (Jaime) Ortega hasta las monjas de provincias, la Iglesia Católica evita desafiar al Gobierno", señaló a Washington el jefe de la Sección de Intereses de EEUU en La Habana en 2008, Jonathan Farrar.
Según esas fuentes, "el miedo a despertar la ira del Gobierno reduce los programas de la Iglesia a labores muy limitadas, como el cuidado de enfermos mentales".
La conclusión de los diplomáticos estadounidenses de sus conversaciones con miembros de la Iglesia Católica de la isla es que esta organización religiosa no desafiará al régimen castrista "ni siquiera mínimamente", sino que "prefiere interceder ante las autoridades entre bastidores".
Pese a ello, la legación estadounidense se asombra cuando constata que, pese a las presiones y limitaciones recibidas del régimen, "en lugar de guardar rencor al Gobierno, miembros de la jerarquía (eclesiástica) le agradecen que no bloquee los fondos recibidos de fundaciones y otras fuentes para construir y reconstruir instalaciones".
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