AVN
Un estudio de los sistemas militares en el mundo, hecho en Alemania, concluyó que el sistema de guerra más importante, novedoso y eficiente, lo desarrollaron los Caribes, y en particular, los de Venezuela.
Así lo recoge el investigador Luis Beltrán Acosta en su libro El poder militar del Cacique Guaicaipuro, quien refuta la tesis repetida por años de que no hubo resistencia indígena ante el cruento proceso de conquista y colonización española, iniciado en octubre 1492.
La revista Memorias de Venezuela, en un artículo titulado Las rebeliones y la defensa indígena, explica que la burguesía de finales del siglo XIX quería instaurar una ideología que ocultara las formas de resistencia y de lucha indígena, entre otras, para propiciar su dependencia y subordinación, por lo que estas luchas quedaron solapadas.
Beltrán cuenta que el líder indígena Carapaica se salió del flanco de Guaicaipuro y trató de escabullirse, como si estuviese acobardado, por entre el monte en plena batalla contra el ejército español. Un grupo de soldados emprendió una persecución pero Carapaica se plantó y liquidó por sorpresa a quienes se empeñaron en su contra.
Guerra de Guerrillas
"Parte de esas enseñanzas las desarrolló Guaicaipuro. Él es el creador de la guerra de guerrillas, la guerra de movimiento, de los comandos suicidas, del cerco, la emboscada, el camuflaje: un sistema de tácticas de combate con las que mantuvo la defensa de nuestro territorio", expresó.
Además del ejemplo de Carapaica que Beltrán lanzó para ilustrar la versatilidad del ataque indígena, agregó que igualmente Tiuna, era un guerrero suicida, y recordó su actuación en la batalla de Maracapana.
"En vista de que el español Diego de Losada logra derrotarlo, Tiuna lo reta y Losada comisiona a otro para que enfrente al cacique. Los cronistas dejan testimonios de que Tiuna apuntó al adversario que tenía al frente, lo hizo caer, pero simultáneamente, dio una serie de brincos con arco y flechas, y liquidó a tres a la vez", dijo.
Otras tácticas
También había guerreros que caminaban hacia atrás con énfasis en dejar sus huellas marcadas y, al final, donde terminaba la huella: una emboscada. Asimismo, se disfrazaban con trajes de paja para engañar a los españoles y cuando se descuidaban, los cercaban los flecheros de Guaicapuro.
"Los españoles no estaban acostumbrados a esas formas de lucha", confesó el investigador quien afirmó que diversas pruebas físicas y psíquicas tenían que pasar los que pretendieran entrar en las filas del jefe de jefes Guaicaipuro: Vencer el dolor, por ejemplo.
Además los Caribes tenían un mapa geopolítico, con zonas de paz y zonas estratégicas: montañas sagradas protegidas donde recibían un aliento espiritual, y áreas ocultas donde tenían sembradíos y formas para preservarse ante las posibles incursiones de enemigos, así como campamentos militares para entrenar.
RECUADRO
La Unidad
Pero no sólo las tácticas eran suficientes dentro de la lucha que emprendió Guaicaipuro, la unidad era un aspecto fundamental y él la tomó en cuenta.
"Él logró la unidad de pueblos indígenas con lenguas distintas, es indudable que tenía que ser portador de un mensaje libertario, que era capaz de unificar a la gente con creencias y formas de vida distintas. Logró constituir un ejército que los españoles lo califican como Alianza de Sangre", explicó el autor.
Señaló que Guaicaipuro organizó un ejército centralizado y descentralizado al mismo tiempo, con combatientes en las riberas de los ríos y en las orillas del mar, con líneas estratégicas definidas: vencer o morir.
Beltrán define a Guaicaipuro como un gran pensador y estratega militar cuyas tácticas fueron replicadas por José Antonio Páez con el llamado "Vuelvan Caras", y hasta por Ezequiel Zamora.
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