El antiguo religioso, perteneciente a la orden de los Mostenses, tenía decenas de fotos en su computador con imágenes de sus abusos sexuales a los monaguillos e incluso había grabado vídeos.
El procesado estaba destinado a una escuela de Fritzlar (estado federado de Hesse, al oeste) y era el responsable del cuidado de los menores.
El magistrado, en la sentencia, señala que el procesado se aprovechó de la debilidad y el entusiasmo de los menores, "quienes confiaron en la autoridad y la posición" de su sacerdote.
El juez rechaza cualquier duda sobre las inclinaciones sexuales del religioso católico, quien abusó 164 veces de los monaguillos.
"Esto acompañará a las víctimas el resto de sus vidas, nunca les abandonará", señaló la fiscal.
La fiscalía calificó la condena a siete años de "ajustada" a los cargos imputados, después de que el acusado confesara sus delitos.
Después de las primeras denuncias contra el sacerdote, éste fue apartado el pasado mes de mayo de sus funciones y desde junio se encontraba en prisión, expulsado de la orden, a la espera de juicio.
Durante la vista oral, el procesado pidió perdón "a todos aquellos cuya confianza he violado" y a "quienes hice daño".
Según el juez, el sacerdote católico utilizaba siempre el mismo procedimiento para forzar a los menores: se escudaba en supuestos problemas médicos e investigaciones científicas para tocar sus partes íntimas.
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