"Hemos sabido que la guerrilla prepara un plan para vengar la muerte de 'Jojoy' durante este fin de año", reveló el jefe de Estado en una entrevista con el diario El Tiempo publicada este domingo, donde evaluó sus primeros 100 días de gestión.
El mandatario aseguró que todos los organismos de seguridad del Estado están preparados para enfrentar las intenciones de las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en la temporada navideña.
"Estamos preparados. Por eso no descansaremos hasta que consigamos la paz. Por la razón o por la fuerza", advirtió el presidente Santos, quien le ha dado los golpes más duros al grupo guerrillero en sus 46 años de existencia.
Indicó que la hoja de ruta de su gobierno está marcada sobre la base de la seguridad ciudadana y, en ese sentido, profundizar la lucha contra los grupos "narcoterroristas" y seguir dando golpes como el del 23 de septiembre, en el que se dio de baja a "Mono Jojoy".
"En cuanto a la lucha contra los narcoterroristas, seguimos dando golpes contundentes, como el del 'Mono Jojoy'. No bajaremos la guardia ni un minuto", precisó Santos.
Afirmó que su gobierno está en un proceso de "revisión de la consolidación (en seguridad) para que los ministerios se enfoquen como un láser en estas zonas, y para incluir los nuevos temas de la agenda: titulación de tierras, fortalecimiento de la justicia".
En la entrevista, por otra parte, el mandatario colombiano reconoció que aún no ha podido irse a vivir con su familia a la presidencial Casa de Nariño debido a la "ineficiencia del Estado".
"¡No he podido pasarme a vivir a la Casa Presidencial!", dijo Santos, al asegurar que "la licitación para tapizar los muebles se cayó por tal cosa (ineficiencia del aparato estatal)".
"Que no hay presupuesto para comprar un tapete y el traslado presupuestal se demora tres meses; minucias inconcebibles....", afirmó el gobernante.
Santos sostuvo que "hay demasiadas normas y la gente las burla o trata de hacerlo. De parte de algunas agencias del Estado, hay demasiadas suspicacias y, entonces, inventan excesivos controles que se vuelven trabas insuperables".
"A veces uno tiene que luchar mucho para que las cosas se hagan; inclusive, los funcionarios tienen la mejor voluntad, pero la maraña del Estado lo entorpece. Ese es uno de mis propósitos: hacer más efectivo al Estado", concluyó.
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