En un laboratorio de Puerto Príncipe se están examinando muestras de pacientes para confirmar la presencia de la bacteria vibrio cholerae, la cual ya ha matado al menos a 544 personas en Haití, dijo Gabriel Timothee, director general del Ministerio de Salud de la isla.
Si se confirma, la bacteria podría poner en peligro a entre 2.5 y 3 millones de habitantes, de los cuales cerca de la mitad han estado viviendo en tiendas de campaña o bajo lonas impermeables en campamentos escuálidos desde el terremoto del 12 de enero.
“Estamos trabajando en los casos. Todavía no tenemos la confirmación”, dijo Timothee.
El funcionario indicó que se cree que muchos de los pacientes hospitalizados llegaron recientemente de partes de Haití como el Valle de Artibonite, donde se registró primero la epidemia y donde ha causado el mayor daño. Autoridades sanitarias de Haití pusieron ayer en a alerta a varias comunidades del país, ante el posible desbordamiento del río Artibonite.
Elecciones, en pie
Pese a que el número de víctimas en Haití por el huracán Tomas y la grave epidemia de cólera ha aumentado, un funcionario de alto rango de las Naciones Unidas (ONU) dijo ayer que no había “razones objetivas” para suspender las elecciones de este mes en el devastado país.
Con las fuerzas de paz de la ONU y las agencias humanitarias distribuidas entre la respuesta a la tormenta y el cólera y la recuperación posterior al sismo, han surgido dudas de si Haití puede realizar elecciones presidenciales y legislativas como está programado para el 28 de noviembre.
Pero el mayor representante de la ONU en el país, Edmond Mulet, dijo que no se estaban sosteniendo discusiones con el gobierno y electorales sobre posponer los comicios.
“No hay razones objetivas para no realizar elecciones el 28 de noviembre. Técnicas, logística, seguridad, presupuesto, está todo en su lugar”, dijo Mulet a Reuters en correo electrónico.
Analistas dicen que las elecciones podrían ser las más importantes en la historia de Haití, pero muchos ven el camino a los comicios amenazado por riesgos de violencia política.
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