La Presidenta Rousseff pondrá en marcha un inédito sistema nacional de prevención de desastres y refuerzos, luego de las precipitaciones y avalanchas en la sierra de Río de Janeiro.
por Ansa - 17/01/2011 -
La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, determinó hoy la creación de un sistema nacional de prevención de desastres y el refuerzo de la estrategia de la Defensa Civil, luego de la tragedia por las lluvias y avalanchas en la sierra de Río de Janeiro, donde murieron por lo menos 644 personas.
El anuncio lo realizó el ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante, en el marco de las medidas para montar un sistema nacional de alertas sobre lluvias y crecida de ríos, después de la tragedia de las ciudades de Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis, en el estado de Rio de Janeiro.
"Estimamos que existen unas 500 áreas de riesgo en Brasil, con cerca de 5 millones de personas viviendo en esas áreas. Y tenemos otras 300 regiones proclives a inundaciones", dijo el ministro en conferencia de prensa, tras reunirse con la Presidenta Rousseff.
Mercadante habló de la creación de una "supercomputadora", un proyecto de cuatro años, que pueda reunir todos los datos meteorológicos que capten satélites y radares diseminados por Brasil para alertar on line a las regiones que puedan sufrir lluvias fuera de lo normal.
El nuevo sistema comenzará a implementarse el próximo verano austral.
En la región serrana de Rio de Janeiro, por primera vez en cinco días dejó de llover, pero aumentó también la desesperación por la búsqueda de desaparecidos. Sólo en Teresópolis se presume que 133 personas estarían debajo de escombros y el lodo.
La Presidenta Rousseff reunió hoy a Mercadante y a los ministros de Integración Nacional, Eduarzo Bezerra, y de Defensa, Nelson Jobim, y les pidió viajar al lugar del desastre y poner en marcha un inédito sistema integrado frente a las catástrofes naturales.
"El 58% de los desastres naturales en Brasil son inundaciones y el 11% son deslizamientos de tierra", dijo Mercadante en conferencia de prensa.
El nuevo sistema, según el ministro, deberá generar informaciones geoespaciales de las áreas de riesgo y así acelerar la capacidad de previsión, con la conexión a los radares meteorológicos.
"La intención es que los habitantes de las zonas de riesgo sepan de una situación climática adversa seis días antes", explicó.
Mientras tanto, en el terreno continuaban los rescates, en el primer día sin lluvias en la región serrana ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Rio de Janeiro.
Según cálculos de las alcaldías, el costo de la reconstrucción de las tres ciudades, que forman parte del patrimonio histórico de Brasil, porque tuvieron su esplendor en la época del Imperio, en el siglo XIX, deberá ser de 1.200 millones de dólares.
Una ONG inglesa donó las mismas carpas usadas en Haití el año pasado para las víctimas del terremoto en Puerto Príncipe y los centros de evacuados están colmados. Unas 15 mil personas están fuera de sus casas y hay casos de barrios aislados.
"Se ha cambiado el curso de los ríos, cambió la topografía del lugar", dijo al canal Globonews el secretario de Medio Ambiente de Rio de Janeiro, Carlos Minc.
En el barrio Santa Rita, de Teresópolis, hay 40 personas aisladas. Apenas se llega por ayuda luego de seis días: sin luz, agua potable, comida, se refugian en lo que quedó de sus viviendas.
Es por eso que los militares dejaron víveres en el barrio Santa Rita, al que se llega sólo por aire, pues no hay más puentes ni carreteras. "La región es una isla de tierra movediza", describió Folha de Sao Paulo.
"Conseguimos algo de comida, pero no hay cómo cocinar. Tomamos agua de lluvia. No sabemos si nuestros parientes han muerto", dijo la empleada doméstica Micelene Lima a los militares que llevaron víveres a Santa Rita.
Por otra parte, hubo casos de desvíos de donaciones, capturadas por personas que quisieron vender los productos a los sobrevivientes, ante la falta de caminos para abastecer a las ciudades. Y también los pocos comercios que lograron abrir, en Nova Friburgo, lo hicieron con precios por encima de lo normal.
"No vamos a tolerar este tipo de abusos. Personas que se aprovechen de las víctimas deben ser detenidas", dijo el jefe de la Policía Militar del estado de Rio de Janeiro, Mario Duarte.
Las ciudades de Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis fueron las más afectadas por las lluvias del martes en la región serrana del estado de Rio de Janeiro, donde más de 640 personas han fallecido y decenas se encuentran desaparecidas.
En algunos comercios del centro de estas ciudades se cobraba 50 reales (29 dólares) un kilogramo de arroz y 40 reales (24 dólares) el botellón de 10 litros de agua mineral, lo que generó revuelo entre los sobrevivientes del desastre.
En la ciudad de Río de Janeiro las ferias de verduras y frutas aumentaron los precios de muchos productos que llegan desde la región afectada a la capital del estado.
La producción agrícola de hortalizas en la región serrana fue destruida por completo.
El anuncio lo realizó el ministro de Ciencia y Tecnología, Aloizio Mercadante, en el marco de las medidas para montar un sistema nacional de alertas sobre lluvias y crecida de ríos, después de la tragedia de las ciudades de Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis, en el estado de Rio de Janeiro.
"Estimamos que existen unas 500 áreas de riesgo en Brasil, con cerca de 5 millones de personas viviendo en esas áreas. Y tenemos otras 300 regiones proclives a inundaciones", dijo el ministro en conferencia de prensa, tras reunirse con la Presidenta Rousseff.
Mercadante habló de la creación de una "supercomputadora", un proyecto de cuatro años, que pueda reunir todos los datos meteorológicos que capten satélites y radares diseminados por Brasil para alertar on line a las regiones que puedan sufrir lluvias fuera de lo normal.
El nuevo sistema comenzará a implementarse el próximo verano austral.
En la región serrana de Rio de Janeiro, por primera vez en cinco días dejó de llover, pero aumentó también la desesperación por la búsqueda de desaparecidos. Sólo en Teresópolis se presume que 133 personas estarían debajo de escombros y el lodo.
La Presidenta Rousseff reunió hoy a Mercadante y a los ministros de Integración Nacional, Eduarzo Bezerra, y de Defensa, Nelson Jobim, y les pidió viajar al lugar del desastre y poner en marcha un inédito sistema integrado frente a las catástrofes naturales.
"El 58% de los desastres naturales en Brasil son inundaciones y el 11% son deslizamientos de tierra", dijo Mercadante en conferencia de prensa.
El nuevo sistema, según el ministro, deberá generar informaciones geoespaciales de las áreas de riesgo y así acelerar la capacidad de previsión, con la conexión a los radares meteorológicos.
"La intención es que los habitantes de las zonas de riesgo sepan de una situación climática adversa seis días antes", explicó.
Mientras tanto, en el terreno continuaban los rescates, en el primer día sin lluvias en la región serrana ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Rio de Janeiro.
Según cálculos de las alcaldías, el costo de la reconstrucción de las tres ciudades, que forman parte del patrimonio histórico de Brasil, porque tuvieron su esplendor en la época del Imperio, en el siglo XIX, deberá ser de 1.200 millones de dólares.
Una ONG inglesa donó las mismas carpas usadas en Haití el año pasado para las víctimas del terremoto en Puerto Príncipe y los centros de evacuados están colmados. Unas 15 mil personas están fuera de sus casas y hay casos de barrios aislados.
"Se ha cambiado el curso de los ríos, cambió la topografía del lugar", dijo al canal Globonews el secretario de Medio Ambiente de Rio de Janeiro, Carlos Minc.
En el barrio Santa Rita, de Teresópolis, hay 40 personas aisladas. Apenas se llega por ayuda luego de seis días: sin luz, agua potable, comida, se refugian en lo que quedó de sus viviendas.
Es por eso que los militares dejaron víveres en el barrio Santa Rita, al que se llega sólo por aire, pues no hay más puentes ni carreteras. "La región es una isla de tierra movediza", describió Folha de Sao Paulo.
"Conseguimos algo de comida, pero no hay cómo cocinar. Tomamos agua de lluvia. No sabemos si nuestros parientes han muerto", dijo la empleada doméstica Micelene Lima a los militares que llevaron víveres a Santa Rita.
Por otra parte, hubo casos de desvíos de donaciones, capturadas por personas que quisieron vender los productos a los sobrevivientes, ante la falta de caminos para abastecer a las ciudades. Y también los pocos comercios que lograron abrir, en Nova Friburgo, lo hicieron con precios por encima de lo normal.
"No vamos a tolerar este tipo de abusos. Personas que se aprovechen de las víctimas deben ser detenidas", dijo el jefe de la Policía Militar del estado de Rio de Janeiro, Mario Duarte.
Las ciudades de Teresópolis, Nova Friburgo y Petrópolis fueron las más afectadas por las lluvias del martes en la región serrana del estado de Rio de Janeiro, donde más de 640 personas han fallecido y decenas se encuentran desaparecidas.
En algunos comercios del centro de estas ciudades se cobraba 50 reales (29 dólares) un kilogramo de arroz y 40 reales (24 dólares) el botellón de 10 litros de agua mineral, lo que generó revuelo entre los sobrevivientes del desastre.
En la ciudad de Río de Janeiro las ferias de verduras y frutas aumentaron los precios de muchos productos que llegan desde la región afectada a la capital del estado.
La producción agrícola de hortalizas en la región serrana fue destruida por completo.
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