Buenos Aires, 17 ene (EFE).- Las patronales agropecuarias de Argentina, uno de los mayores productores globales de alimentos, comenzaron hoy una huelga de siete días en la comercialización de granos, la novena que llevan a cabo contra la política del Gobierno de Cristina Fernández.
La protesta responde al malestar de los productores de trigo por la aplicación de cupos de exportación de ese grano que, sin embargo, habían sido levantados el miércoles pasado.
Quedaron prácticamente paralizadas las actividades en las terminales portuarias de exportación de granos, aunque se da por descontado que la huelga no afectará a los exportadores porque tienen grandes inventarios.
"No hay ningún riesgo de desabastecimiento ni de movimientos de precios por este paro", aseguró el presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, quien remarcó que las regulaciones gubernamentales hacen que los productores de trigo pierdan entre el 25 y el 30 por ciento" del precio del grano.
"Es el quinto año que las medidas del Gobierno impiden la normal comercialización de la cosecha de trigo, por este sistema de intervención los productores han transferido a molineros y exportadores unos 2.500 millones de dólares", desde 2006, subrayó a radios locales.
Biolcati advirtió de que se multiplicarán las protestas si el Gobierno no da marcha atrás con las regulaciones en la exportación de granos, entre otras aplicadas desde 2006 con el fin de garantizar el abastecimiento interno y evitar que las alzas de los precios internacionales impacten en el mercado nacional.
El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, sostuvo que la protesta no tiene motivos porque se levantó el cupo de exportación de trigo, con lo que desde el miércoles hay libertad para colocar un remanente de tres millones de toneladas de la campaña agrícola 2010-2011.
El paro es "una medida inocua, de un grupo minoritario que por apego a dogmas ideológicos atenta contra sus propios intereses", puntualizó. EFE
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