Un volcán en Indonesia volvió a expulsar el domingo ceniza que se precipitó sobre las cuestas, y causó pánico y caos entre miles de lugareños que habían regresado a sus viviendas tras la erupción de la semana pasada que dejó 38 muertos.
Ante la alarma de las sirenas y altavoces, numerosas personas, presas del pánico, se lanzaron a ríos para escapar del calor, mientras otros bajaron a toda prisa del Monte Merapi o huyeron en coches y camiones, dijo el funcionario para casos de desastre Rusdiyanto.
Los lugareños habían aprovechado la inactividad del volcán de lo últimos días para regresar a sus casas y ver como se encontraban sus animales de crianza.
Durante tres minutos, el volcán expulsó ceniza gris que se precipitó sobre sus cuestas de los flancos sur y este hasta en una distancia de nueve kilómetros (seis millas), dijo Subandrio, un funcionario de la agencia que vigila al volcán.
La erupción del Monte Merapi de la semana pasada causó 38 muertos y se desconoce si hubo nuevas víctimas el domingo.
La crisis tuvo lugar en momentos en que los socorristas habían logrado reanudar las entregas de alimentos y desalojar a los heridos víctimas de una tsunami que se debió a un sismo de magnitud 7,7 cerca de un archipiélago de islas remotas.
La cifra de muertos se elevó el domingo a casi 500 por ambas catástrofes ocurridas la semana pasada en diferentes extremos del país, el cual se ubica en una región de alta actividad sísmica.
Más de 53.000 personas fueron desalojadas de los alrededores del volcán tras las erupciones que dieron inicio el martes.
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