El Departamento de Justicia ha enviado una orden a la red social Twitter para que le envíe los datos de la parlamentaria Birgitta Jónsdóttir a partir de noviembre de 2009.
El ministro de Exteriores islandés, Össur Skarphéðinsson, ha llamado al embajador estadounidense en Reikiavik, Luis E. Arreaga, para celebrar una reunión en torno al requerimiento enviado por Washington a Twitter para hacerse con los datos personales e información de la cuenta de la parlamentaria islandesa Birgitta Jónsdóttir, según informa la agencia Associated Press. EE UU enmarca esta petición, cursada a través de un tribunal de Virginia, en el desarrollo de una causa por espionaje contra la web de filtraciones Wikileaks dirigida por el australiano Julian Assange.La diputada, miembro del partido El Movimiento nacido al calor de la crisis económica de 2008, es una de las cinco personas cuyos datos ha solicitado el Departamento de Justicia estadounidense a Twitter por su relación con Wikileaks a partir de noviembre de 2009. Los otros cuatro son el propio Assange, el analista militar detenido acusado de una de las filtraciones, Bradley Manning, el hacker holandés Rop Gonggrijp y el programador estadounidense Jacob Appelbaum. Estos dos últimos han colaborado con el portal nacido en 2006.
Jónsdóttir, que ya ha informado del caso tanto al titular de Exteriores como al de Justicia, ha mostrado su comunión con el proyecto de Wikileaks y ha colaborado en varias ocasiones con la web. Una de ellas fue la difusión del vídeo Collateral murder, en abril del pasado año. El metraje mostraba cómo un helicóptero Apache estadounidense acababa con la vida de una docena de personas en un suburbio de Bagdad. Entre los muertos yacían dos empleados de la agencia de noticias Reuters.
El vídeo catapultó a Wikileaks a la primera plana de los medios y llevó a Bradley Manning a una prisión de Virginia. Según la delación del otrora hacker Adrian Lamo, Manning le confesó que contactó por primera vez con la web que dirige Assange precisamente en noviembre de 2009, fecha que ahora interesaría especialmente a Washington en el rastreo del Twitter de Jónsdóttir.
La parlamentaria, inspirada en la filosofía de Wikileaks y la protección a las fuentes, ha logrado que la Cámara de su país aprobara la Iniciativa Islandesa de Medios Modernos (IMMI), un proyecto de ley que pretende blindar la ley de prensa más fuerte del mundo. "Es muy serio que un Estado extranjero, Estados Unidos, pida ese tipo de información personal de un ciudadano islandés electo" ha manifestado el ministro de Interior islandés, Ogmundur Jonasson, en declaraciones recogidas por el canal público RUV. Jónsdóttir informó ayer a través de Internet que tenía 10 días para frenar la orden judicial por la vía legal antes de Twitter envíe sus datos a Washington.
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